Ayer la Fundación Xaley participó en la reunión organizada por www.diadespues.org, una iniciativa multiactor para impulsar el cumplimiento de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, siendo el (ODS) 4, educación inclusiva de calidad y ODS 5, igualdad de género, los que promueve la Fundación Xaley.
Esta iniciativa ahora con la crisis del COVID, se redirige para conectarla con la situación en la que está inmerso el mundo en general, donde todos y todas tenemos que poner nuestro granito de arena para que nadie se quede atrás.
Participó la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, sobre la importancia de unir fronteras y poner la fuerza en común, aceptando la idea de que vivimos en un mundo interdependiente.
Esto supone que hay que encontrar una vacuna que permita una fabricación a escala, y una equidad en el acceso. Hace falta cambiar la forma en la que hacemos la cooperación, y darle un impulso más grande a la colaboración y al partenariado entre países, y entre la sociedad civil y las instituciones.
Intervino también la representante de ONU Mujeres en Túnez y Libia, Begoña Lasagabaster, que puso la mirada en las mujeres, y en cómo las estructuras de desigualdad se exacerban en circunstancias como las que estamos viviendo. Las mujeres están en primera línea de la emergencia, representando el 70% del personal del sanitario, asumen la mayoría de los cuidados, y son las más vulnerables ante la paralización de la economía.
Es por eso que en la Fundación Xaley protegemos a las niñas desde la infancia, y aseguramos su derecho esencial a la educación. Comprobamos que, a partir del ciclo medio, en cuanto las chicas alcanzan la pubertad, son cada vez menos las que continúan sus estudios. Nuestra intervención las prepara para poder participar en la economía formal, y no sufrir de discriminación en situaciones extremas como la actual.
También escuchamos a Pedro Alonso, Director del Programa Mundial de Malaria de la OMS, ya que ahora hay más de 300 ensayos clínicos de diferentes fármacos contra la covid-19, y sin embargo tenemos enfermedades olvidadas, como la malaria, de la que murieron más de 405.000 personas en 2018.
Esta nueva crisis nos está haciendo replantearnos cómo luchamos contra las desigualdades, y por el respeto de los derechos humanos. Tenemos que insistir en el mensaje de la solidaridad, y no volver a la normalidad antigua.
“Solo podremos lograr una salida a este reto global uniendo fuerzas, a través de la colaboración y la acción colectiva.«