«Mi nombre es Fátima*. Tengo 16 años y trabajo como empleada doméstica en la ciudad C*. Trabajando, fui víctima de acoso sexual.
Vengo de un pueblo que está cerca de C*. Como está un poco lejos, pasé algunas noches en la casa de mi empleador. A menudo, una noche, su hijo mayor vino a mi habitación y me pidió que tuviera relaciones sexuales con él. Me negué, pero estaba muy asustada. Yo no quería decírselo a su madre porque me daba miedo que me despidiera y que hablara de mí por el barrio.
Finalmente, decidí contárselo a una chica que conocía en el vecindario y a menudo veía hacer actividades con niños y adolescentes. Ella me escuchó, y me dijo que me iba a ayudar.
Unos días más tarde, vi a los líderes de la comunidad hablar con mis empleadores. Después de que se fueron, su padre y su madre vinieron a disculparse por el comportamiento de su hijo y me prometieron que no volvería a hacerlo.
Desde entonces no ha vuelto a molestarme y me muestra más respeto. Sé que fue gracias a la intervención de la asociación que alertó a los miembros de CAPE y mi problema se resolvió. Realmente me gustaría llevar la asociación a mi pueblo porque muchas niñas tienen problemas allí».
Después de tres años de colaboración con la Asociación de Niños y Jóvenes Trabajadores (AEJT) y ENDA – Juventud en Acción, nuestro proyecto Fasale continúa con buenos resultados.
2128 personas están al tanto de la situación de las niñas empleadas del hogar en Diourbel. Para el Día del Niño Africano del día 16, se sensibilizó a las comunidades y autoridades sobre la necesidad de definir estrategias para tomar en cuenta a las niñas trabajadoras domésticas.
CAPE es una estructura establecida por Enda como parte de su estrategia de protección infantil. Es un marco de protección comunitaria establecido en cada vecindario por los proyectos y que reúne a líderes comunitarios, incluidos líderes de vecindarios, líderes religiosos, representantes de mujeres, jóvenes, niñas y niños.
*Nombre ficticio por la protección infantil.